La identificación facial biométrica revolucionó el mundo de los smartphones, siendo el iPhone X el primer modelo en incorporar esta tecnología. La Face ID – como lo bautizó Apple – permite desbloquear el teléfono o realizar pagos online gracias a su sistema combinado de cámara frontal y cámara infrarroja, así como una luz de apoyo y un proyector infrarrojo.
Los modelos actuales cuentan con la isla dinámica, un recorte en la pantalla con forma alargada donde se ubican la cámara frontal y los sensores de Face ID.
No obstante, el plan de Apple era implementar un nuevo cambio, que consistía en ubicar los sensores de Face ID bajo la pantalla. Con esta modificación, el frontal de los nuevos iPhones estará conformado únicamente por la pantalla, sin ningún otro elemento. Esta tecnología es difícil de desarrollar, debido a la complejidad de lograr que incidan lo mínimo en la pantalla y que además mantenga los estándares de seguridad.
Apple estimaba que los iPhone 15 contarían con la isla dinámica, en los modelos Pro de iPhone 16 la Face ID se escondería bajo la pantalla (mientras que en los modelos normales se mantendrá el recorte en forma de isla) y que todos los iPhone 17 incorporarían ya la Face ID bajo la pantalla.
Sin embargo, debido al complejo sistema de sensores, el futuro de estos planes es ahora incierto. Se esperaba que esta nueva tecnología entrase en vigor en 2024, pero informaciones recientes apuntan a que no será, por lo menos, hasta 2025 cuando podremos disfrutar de esta mejora.