¿Cada vez que te sientas a trabajar escuchas un fuerte ruido que sale de tu MacBook Pro? Es muy posible que se trate del ventilador de tu MacBook Pro funcionando a máximas revoluciones.
Esto puede suceder porque se están realizando tareas pesadas, como renderizar vídeo en 4K o cualquier otro trabajo que exija un alto rendimiento de nuestro equipo. Al desempeñar este tipo de tareas, el chip gráfico del MacBook Pro sufre y se sobrecalienta demasiado, dando lugar a ese molesto ruido que suele ser motivo de alerta.
Los motivos que pueden provocar que el ventilador del MacBook Pro se acelere son los siguientes:
- El disipador de calor está completamente tapado. Esto provoca que no pueda salir aire caliente y, por tanto, el MacBook se esté, literalmente, ahogando.
- La pasta térmica que hace contacto con tu procesador o chip gráfico ha perdido sus propiedades con el paso del tiempo. Cuando el procesador ya no hace un contacto óptimo con su disipador de calor, no se cumple el principio cero de la termodinámica. Esto da lugar a que el equilibrio térmico se altere, elevando peligrosamente la temperatura del procesador y del chip gráfico.
- El procesador o chip gráfico está herido de muerte. En muchas ocasiones, ya sea por falta de tiempo o por desconocimiento, no llevamos a cabo el mantenimiento adecuado de nuestro MacBook Pro. Cuando esto sucede, los síntomas están presentes durante un tiempo excesivo (incluso, años) y el daño se vuelve irreversible. Por lo tanto, para evitar un daño irreversible de la placa base de tu MacBook, es fundamental realizar un mantenimiento térmico al año.
El mantenimiento térmico es un proceso en el que se limpian todos los conductos de ventilación, se extrae todo el polvo acumulado en la placa base por el paso del tiempo y se aplica una pasta térmica de grandísima calidad en el procesador y en el chip gráfico.
De esta manera, alargaremos notablemente la vida de nuestro MacBook y podremos sacarle el máximo rendimiento sin dañar la placa base de nuestro equipo.